TAIL O’THE COCK: COCKTAIL MARGARITA BLUE
Sea cual sea su origen, lo que está claro es que esta obra de arte está dedicada a una mujer y que es la mejor receta para combatir la melancolía y el mal de amores.
Hablar del margarita es hablar del tequila. Su origen es un misterio. Inicio de los sesenta, Beverly Hills. Un distribuidor local de bebidas espirituosas está sorprendido por la gran cantidad de cajas de tequila que vende al legendario restaurante Tail O’the Cock; tras investigar cuál es el motivo, descubre que un cóctel llamado margarita, cuya base es el tequila, se ha convertido en la bebida estrella del establecimiento.
Se dice que, en 1938, Marjorie King, una despampanante actriz y corista norteamericana, pidió al barman del Rancho la Gloria en Rosarito (Baja California), Carlos Danny Herrera, un combinado de tequila. La razón era que el tequila era el único destilado que Marjorie toleraba. Pero al no gustarle, Herrera puso a funcionar su inventiva, mezcló los elementos típicos utilizados para beber un dedal de tequila: sal y limón, a los que añadió triple seco; creó así uno de los tragos más famosos de todos los tiempos.
Otra posibilidad. Un camarero de una cantina de Tijuana quedó fascinado por la belleza de una bailarina llamada Margarita Carmen Cansino, hija de Eduardo Cansino, un bailarín de Castilleja de la Cuesta (Sevilla), y de madre irlandesa; tenía una exuberante melena negra, teñida de pelirroja, y cautivaba a propios y extraños por su baile y su belleza. En su honor creó este cóctel llamado margarita. Años después, esta joven llegó a ser una de las más celebradas actrices de Hollywood: Rita Hayworth, protagonista de Gilda.
Algunos historiadores apuntan a que, en 1948, una acaudalada y exquisita dama, Margarita Sames, celebró una fiesta en su hacienda, a la que acudieron famosos como John Wayne, Johnny Weissmuller y Nicky Hilton, heredero de la cadena hotelera. Para sorprender a sus invitados, decidió ofrecer su tequila de elaboración propia, suavizado con triple seco y con un toque ácido, escarchando el borde de las copas con sal. Fue tal el éxito de la refrescante combinación, que Hilton decidió incorporarla de inmediato como algo propio a su cadena hotelera.
Sea cual sea su origen, lo que está claro es que esta obra de arte está dedicada a una mujer y que es la mejor receta para combatir la melancolía y el mal de amores.
Oficiamos en coctelera boston (cristal-acero):1/4 de zumo de limón.1/4 de curaçao azul.2/4 de tequila blanco. Añadimos abundante hielo; batimos con alegría durante unos quince segundos y servimos en copa grande de martini, con el borde mojado con zumo de limón y la copa coronada con sal. Al escanciar se debe evitar que el cóctel se mezcle con dicha corona, pues, de no hacerlo con cuidado, el resultado arruinaría nuestra creación.
Y ya sólo cabe pensar en atardeceres de azul intenso brindando al sol. Si desea algo aún más contundente, recréese con El mariachi, del cineasta Robert Rodríguez.
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