El cocktail es una bebida apta para todo tipo de ocasiones y momentos. Cada uno marca su diferencia encajando en un momento del día con una experiencia distinta según su sabor, aroma y textura.

Por la mañana un Porto Flip, o en días de más frío, un Ponche, un Grog o un Tom & Jerry. A mediodía, una vez pasadas las 12 h, un Gin o un Silver Fizz, un Pick-Me-Up, un Bellini o una Mimosa te servirán para hacer un alto en el camino.

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Antes de almorzar, no hay nada mejor que un Dry Martini, recordando siempre que uno es poco y más de dos un exceso. Un Americano, un Negroni, un Campari 2000, un Manhattan, un Bamboo o una combinación son también buenas alternativas durante ese momento del día.

Después de comer, podemos decantarnos por un combinado dulce y cremoso como el Irish Coffee, un White Russian, el Brandy Alexander, Stinger o Sharon Stone (delicioso chocolate con naranja). Otra buena elección puede ser apostar por un trago más digestivo. Entre estos, nos encontramos tipo Bijou, Rusty Nail o si la comida ha sido abundante un Tom Collins o Gin & Tonic en vaso alto y ancho con abundante hielo y el imprescindible twist de unas pieles de lima como mejor complemento.

A media tarde, cerrando la jornada laboral en un afterwork que abre a otras puertas, o después de una sobremesa intensa, el Black&Velvet es ideal si eres cervecero, o también son interesantes opciones como Mojitos, Daiquiri Frozen, Mint Julep, un Singapore Sling o unos Punch. Recomendamos prepararlos en jarras, el conversar llevará a tomar más de uno y así evitarás interrumpir la atmosfera creada.

Antes de la cena, si te gustan las emociones secas y fuertes puedes recurrir a un Martini Frappé con sus variados matices, un Dirty Martini o un sensual Gibson con sus dos cebollitas glaseadas. Si nos van las copas más suaves, el cinematográfico Gimlet es una buena opción. También lo son un cocktail de champán o cava como el Cenicienta o los glamourosos Cosmopolitan, Lychee Martini (con un toque picante de guindilla) o un Blue Margarita. Todos ellos pueden constituir una fantástica antesala para una cena especial.

Una vez terminada la cena y todavía en la mesa, será el momento ideal para deleitarnos con un White Lady, un Old Fashioned, un Whisky, un Pisco Sour o un Balalaika (si eres amante del vodka).

Para las noches, recomendamos tragos sin sobresaltos; un Jim-Let-Fox_Trot, una tropical Piña Colada, un Long Island Iced Tea, un Gin Cooler o un Tequila Sunrise, son excelentes y sorprendentes acompañantes en esos momentos. Aunque si queremos acompañar la noche con un trago corto pero eléctrico, un Blue Lagoon o cualquiera de los Fresh Fruits Martinis, dependiendo de nuestras preferencias frutales, o dar paso a las batidas de cachaça: Caipiriña, Caipiríssima o Caipiroska, pero con detalles modernos, serán una buena opción.

Igual que cada momento tiene su canción, cada experiencia tiene su cocktail. Como es lógico, no debemos intentar probarlos todos en un mismo día, sino ir experimentando según el día, el humor y la situación. Algo muy importante: procurar no mezclar; si empezamos con un destilado sigamos con él.