FRENCH MARTINI. EL ÚLTIMO TANGO EN PARÍS
Era un desconocido, un loco que me perseguía, intentó violarme, por eso le disparé. Caso cerrado
EL ÚLTIMO TANGO EN PARIS
María Schneider y Marlon Brando, bordean el precipicio de la locura entregados a un desenfreno sin fin, día tras día de rodaje y vaciados en la garganta abierta de la pasión. Su encuentro por primera vez en el apartamento que ambos pretenden alquilar es épico, lleno de sensualidad y también de sexo animal. Un Brando que ya ha reñido con el músculo de la juventud, brinda una actuación única, llena de ternura y de rabia. Un Brando que está de vuelta de casi todo y que llora de verdad como sólo un hombre que ha bebido y vivido puede hacer. El brutal encuentro con su ajada esposa desangrada, sus rezos y rabias dirigidas al Ser Supremo, su impotencia al no conseguir insuflarle vida. El marco desangelado y cruel de la pensión que regenta su consorte, hogar de gentes extrañas, de encuentros rápidos y de pago. Su conversación ahora ya viudo con Marcel, el amante de su mujer, un doble de sí mismo, un amante que bebe el mismo bourbon que él sin gustarle.
María con un elegante padre, coronel, ya fallecido. Brando con un padre peleón de taberna, y amigo de prostitutas, vulgar y borracho. La madre una mujer romántica y también borracha.
Sus juegos, ella caperucita, él el lobo. Ella lanzada en sus brazos, harta de un novio buen chico. El con su no querer saber nada de vidas anteriores, falto de cariño, golpeado por la vida.
Son encuentros sin cita, ansiando encontrar al otro en un inmueble desangelado, escondidos el uno de la otra.Deambulando por calles de París. Su tango en el salón de baile, sin importar más que ellos. Rostros ajenos que les observan. Bebiendo un champagne de mentira, mezclando sus vidas, arañando la pista. Y él como despedida enseñando su culo a todos aquellos que les rodean. A la vida.
Días más tarde. Una María totalmente caótica, embriagada por un amor obsesivo, inicia su huida. Quiere escapar, corre y corre, mientras él la persigue -al fondo la música de Gato Barbieri, su saxo envolvente emborracha corazones que se han llenado de alcohol- Llega por fin a su casa, justo a tiempo de entrar en el ascensor y subir y…subir. Brando la persigue por la escalera. Abre la puerta, el pié de él impide que se cierre. Entra por fin en el mundo de ella, la abraza. Suena una detonación, la pistola del coronel. Un Brando herido de muerte, camina zig-zageante hacia la terraza, hacia el cielo. Girándose, enfrentado a ella, se apoya en la barandilla, saca un chicle de su boca y lo pega en el frío hierro. Su mirada llena de ternura va dirigida a un infinito ya inalcanzable. Cae muerto.
Para ella. Era un desconocido, un loco que me perseguía, intentó violarme, por eso le disparé. Caso cerrado
EL COCKTAIL: FRENCH MARTINI
Es un cóctel con fortaleza, como corresponde a un martini, pero acompañado de la frescura de la piña y de la sensualidad del chambord –licor francés de cognac, frambuesas, miel, vainilla y hierbas aromáticas–. Nació en Francia hace pocos años y ha servido para popularizar este licor hasta ahora casi desconocido en España.
Elaboración: en una coctelera, serviremos un cuarto de zumo de piña, un cuarto de chambord, dos cuartos de vodka Grey Goose y tres gotas de orange bitter. Después de batir con elegancia, serviremos en copa grande de cóctel. La voz de Edith Piaf será una buena compañía.
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